Hola amigos, soy un joven de 20 años y, como todos, a veces tengo amigas con las que disfruto sexualmente. Pero esta fue una experiencia que nunca me imaginé.
Vivo con mi familia; mi hermana está casada, así que en casa estamos mi madre, mi padre y yo. Una noche, mientras estaba navegando por internet en mi cama, me emocioné con los ruidos que venían del dormitorio. Nunca había presenciado algo así antes. Podía oír los gemidos de mi madre, aunque fueran susurrados. Me acerqué de puntillas a la puerta y empecé a mirar por el ojo de la cerradura. Mi padre estaba acostado y mi madre montada sobre él, con el cabello revuelto, estaban follando. Mientras mi padre le agarraba los pechos, ella gemía aún más fuerte y se movía más rápido sobre él. Por supuesto, mi polla se puso dura al instante; nunca los había visto así antes. Regresé a mi habitación y empecé a masturbarme pensando en mi madre.
Al día siguiente, mi padre se fue al trabajo como siempre, muy temprano, y mi madre se volvía a la cama después de él. Después de lo que vi, sentía una atracción inexplicable hacia mi madre. Esperé a que se durmiera de nuevo, reuní valor, entré en la habitación y me acosté junto a ella, solo con mis boxers. En cuanto me acosté a su lado, mi polla se puso completamente erecta. Mi madre estaba de espaldas a mí, y pensé que no lo sentiría porque estaba dormida, así que no pude contenerme y empecé a frotar mi polla contra su trasero.
Primero no reaccionó, se quedó quieta. Luego comenzó a gemir suavemente y a mover sus caderas lentamente. Nunca giró su rostro hacia mí en ese momento, pero bajó su ropa interior con sus manos y, sin necesidad de más palabras, entré en ella mientras me frotaba. Se retorcía y se meneaba de una manera que me dejó asombrado. Como tardo en eyacular, después de un tiempo de ir y venir, giró su cara hacia mí con una sonrisa y, al igual que hacía con mi padre, se montó sobre mí y comenzó a saltar, poniendo mis manos sobre sus pechos.
Todo el día, hasta que mi padre regresó del trabajo, estuve follando a mi madre. Ahora, cada vez que mi padre no está en casa, seguimos haciéndolo, ya sea en la ducha, en la cocina, donde sea que la encuentre, y ella está encantada con la situación.
0 Comments